✅ La timidez es un rasgo del comportamiento que se presenta con cierta frecuencia en los perros, tanto en cachorros como en adultos. Puede ser ocasionada por falta de impronta (imprinting) con el ser humano, por alguna experiencia traumática, por una mala socialización o por una educación inadecuada, aunque también influye enormemente en su origen la herencia genética. En los casos de falta de impronta, es decir, por ausencia de contacto estrecho con seres humanos durante los dos primeros meses de vida, se produce un miedo profundo a los seres humanos que puede llegar a ser muy difícil de revertir en la edad adulta. Suele tratarse de perros desconfiados, temerosos e inseguros, que pueden tener reacciones imprevisibles como intentos de fuga o agresividad. En estos casos es aconsejable tener en cuenta estas 3 cosas.
1. Identificar las causas de la timidez: ¿qué le produce temor?
En general se trata de perros muy sensibles a los estímulos externos como el ruido, objetos, la cercanía de otros congéneres o la presencia de personas que no son de su familia, ya que para ellos representan situaciones que no controlan, y les sumergen en la confusión y en la ansiedad, no se ven capaces de “gestionar” las situaciones cotidianas de su entorno, y, consecuentemente parece que siempre están “en guardia”.
La sobreprotección también puede favorecer una tendencia a la timidez y a una conducta con rasgos de aislamiento, ya que los perros a los que no se les permite el contacto y el juego con otros congéneres (por temor a que les dañen, por ejemplo) o la interacción con personas ajenas a su círculo cotidiano, pueden tener menos posibilidades de desarrollar una conducta social sana y estable.
Hablamos de un comportamiento tímido que se manifiesta en forma de una especie de ‘desasosiego’ y temor constante y no de fobias puntuales. Un perro con un carácter equilibrado y sociable puede presentar algunas ‘manías’ como no querer pisar por un suelo de un determinado color, o que le desconcierte bajar o subir escaleras, por ejemplo. Sin embargo en los perros que son tímidos se puede observar señales como temblores, predilección a esconderse, a veces a orinarse ante cualquier estímulo que le inquieta, e incluso, en casos extremos, dejar de comer.
2. Trabajar poco a poco sus miedos para que se sienta seguro.
Un perro tímido o miedoso necesita principalmente confianza y hay que trabajar en el fortalecimiento de nuestro vínculo. La paciencia, la perseverancia y la serenidad para ayudarle son imprescindibles: los gritos o el estrés solo contribuyen a empeorar su situación. Nuestra actitud con él influye mucho, ya que los perros son muy perceptivos a todas las ‘señales’ que les enviamos.
Muchos expertos recomiendan una exposición paulatina, muy poquito a poco, de una forma suave y natural a los estímulos o situaciones que les generan ansiedad. No es nada aconsejable ‘enfrentarles’ de repente a sus miedos sin que antes hayan ganado seguridad y confianza en ellos mismos y en nosotros.
3. Deporte y juego.
Cada vez es más frecuente que los propietarios de perros con problemas de timidez, temores e ‘inadaptación’ social se animen a comprobar los beneficios terapéuticos que les aporta practicar deportes en los que se combina el ejercicio físico con la superación de retos mentales en un ambiente positivo y controlado para el perro. Practicar actividades como Agility, Canicross o Habilidades Caninas puede ayudarles a progresar hacia su bienestar emocional.
Finalmente, también es aconsejable recurrir al asesoramiento de expertos profesionales en el comportamiento canino para que nos ayuden a que nuestro amigo se sienta mejor.
Fuente Blog.arion-petfood